La escuela, desde hace bastante tiempo, se ha presentado como un espacio que alberga diversidades de opiniones y vivencias, que, en teoría, deberían ser aceptadas y visualizadas, considerando el hecho de que las “salas de clases” son un “espejo” de la sociedad en la que vivimos. Sin embargo, se ha demostrado que las aulas se han convertido en espacios de homogeneización de la población que asiste a ellas como estudiantes, provocando que sus identidades e intereses – como manifestación de su propia infancia – se vea poco desarrollada, inclusive siendo olvidada por las personas de la academia (Quiroga, et. al., 2021). Este tipo de contexto ha provocado que se vean menoscabadas las opiniones o vivencias de las infancias, solo por el hecho de ser “menores”. Es por ello, que se hace necesaria la posibilidad de que los/as/es niños/as/es sientan que pertenecen a un espacio, que poseen una identidad, que forman parte del patrimonio a pesar de tener “menos” edad. Este tipo de problemática también se encuentra presente en el Colegio La Montaña de Maipú, por lo que, con este cuadernillo, se busca poder fomentar el trabajo de una identidad en la que los/as/es niños/as/es puedan sentir que forman parte de su propio patrimonio y espacio.